Psicólogo Álvaro Tomás
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La interpretación de los sueños. ¿Qué significado tiene nuestra vivencia onírica?



En este artículo, se llevará a cabo un breve metaanálisis, desde un punto de vista, psicológico, fisiológico y neurológico, sobre el significado y funcionalidad de los sueños. Vamos a comenzar hablando de Freud y de su interpretación de los sueños. Para aquellos que no lo sepan, Freud es considerado uno de los padres de la psicología y, aunque muchas de sus teorías hoy por hoy están descatalogadas dado que la ciencia ha avanzado y sus hipótesis han quedado desfasadas, siempre es interesante recordar a quien marcó un antes y un después en la interpretación de los sueños. Freud afirmaba que las emociones enterradas en la superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños, y que recordar fragmentos de los sueños pueden ayudar a destapar las emociones y los recuerdos enterrados. Mantenía que todos los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador, incluso los sueños tipo pesadilla. Hay sueños negativos de deseos, donde lo que aparece es el incumplimiento de un deseo.


Hoy por hoy, como he mencionado, la teoría psicoanalítica de los sueños se encuentra en desfase y ha sido reemplaza por otras más enfocadas hacia lo neurológico como la que propone Hobson, uno de los principales investigadores del sueño del panorama científico actual. Hobson determina que la actividad mental que ocurre en el sueño se caracteriza por una imaginación sensorio-motora vívida que se experimenta como si fuera la realidad despierta, a pesar de características cognitivas como la imposibilidad del tiempo, del lugar, de las personas y de las acciones; emociones, especialmente el miedo, el regocijo, la ira, la tristeza, la vergüenza y la culpabilidad predominan y a veces alcanzan una fuerza suficiente para despertar al durmiente.


Una vez explicados que son los sueños desde estas dos perspectivas (que pueden parecer tan diferentes), vamos a explicar para que sirven y que utilidad tienen buscando un punto de unión entre ambas teorías.


Podríamos decir que los sueños son como un proceso de limpieza y análisis cerebral. Como herramienta de limpieza, siendo esta una de las teorías que se plantean, podría decirse que el cerebro, organiza elementos de forma aleatoria, dando como resultado un sueño, que no siempre tiene porque estar relacionado con lo vivido en el momento actual. De esta forma, se analizan, se resetean, aspectos archivados, tal y como hace un ordenador, con el fin de comprobar su utilidad y tenerlos, digamos, más a la mano o no. De ahí que soñemos con determinados aspectos más frecuentemente que con otros.


Por otra parte, tenemos la teoría del análisis en la que el cerebro, a lo largo de su vida, va almacenando información y, tal y como refirió Freud, esta información se ve reflejada en los sueños, los cuales, por regla general, expresan lo que la persona ha vivido en jornadas pasadas o aquello que considera que le puede acontecer. Los sueños pueden tener una potente utilidad a nivel personal, desde el punto de vista de comprender en qué grado me afecta aquello que vivo en el momento actual. Para ello, para este análisis, no habría que centrarse tanto en el conjunto ilustrativo del sueño, sino en la emoción y sensaciones corporal que me despierta. Pongamos un ejemplo: “Si yo sueño que estoy frente al espejo de mi aseo y veo como se me caen los dientes” ¿Qué emoción me despierta esa experiencia? Entiendo que ansiedad. Por lo tanto, cabria preguntarse, ¿Qué hay en mi vida actual que me genera ansiedad? En este caso me estoy centrando en la emoción y no tanto en lo circunstancial.


También es cierto que podrían plantearse sueños tales como “Si sueño que estoy frente a un público, en un escenario, por ejemplo, y me da la sensación de que estoy desnudo”. En ese caso, si que habría que profundizar un tanto en el marco social de la persona y que situaciones ha afrontado o tendrá que afrontar socialmente que le han ocasionado o considera que le ocasionarán vergüenza o ansiedad, que se entiende son las emociones que esta situación puede despertar.


En definitiva, lo más interesante en cuanto al análisis de los sueños es percibir que emoción me despierta e intentar relacionarla con acontecimientos de jornadas pasadas (aunque recientes) y de lo que me acontecerá, o pienso que me acontecerá, en jornadas futuras, aunque, como hemos referido en el ejemplo anterior, en ocasiones es recomendable tener en cuenta detalles ilustrativos de los sueños (personas conocidas, lugares reconocibles u objetos significativos), dado que me pueden aportar mucha información.


Para terminar, hay que indicar que, cuando más nos desviemos del plano emocional del sueño, más estaremos dando lugar a la interpretación errónea en el análisis y que, en ocasiones, inclusive la emoción que eso me despierta poco tiene que ver con lo que vivo o espero que queda por vivir. En definitiva, los sueños pueden ser interpretables; unas veces tendrá sentido y otras tantas no lo tendrá.

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